Tu vida es un drama. No te gusta
hacer el Camino de Santiago en verano porque te agobia el calor y, sin embargo,
nunca lo has hecho en otra estación.
Tampoco te gusta que te manden,
que te digan lo que tienes que hacer, pero te cuesta tanto tomar decisiones que
casi has dejado de tener iniciativa propia.
Disfrutas estando con otra
gente, compartiendo fragmentos de vida con ellos, aunque, debido a tu timidez,
permaneces casi mudo durante todo el tiempo.
Y te resulta fácil hallar
errores o equivocaciones en los demás, si bien admites sin tapujos que tú eres
el ser más imperfecto que has conocido jamás.
Sí, visto así, no sé si mueves más
a la risa o al llanto...
Das clases, te has formado
durante años para hacerlo, pero cada día regresas del instituto pensando que no
lo haces suficientemente bien y con mil preguntas que no sabes cómo
contestar...
Ahora bien, a veces, a ratitos,
te sientes dueño de tu propio destino y, entonces, crees convencido que la
vida, en el fondo, te ha sonreído. Y ríes, o lloras, pero de pura felicidad,
por ser quien eres, o por querer con toda el alma, o por sentirte con toda el
alma querido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario